martes, septiembre 16, 2014
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En el 2001 en mi libro Máquinas en el Paraíso en uno de sus capítulos hablé un poco del concepto de inteligencia, pero la realidad es que siempre he querido saber más al respecto...
Hasta hace poco tiempo mi percepción del concepto de inteligencia era un tanto subjetiva, pero por años buscaba una respuesta un tanto más sólida, científica y simple, y esa respuesta creo haberla encontrado finalmente gracias a Jeff Hawkins, el mismo creador de la agenda electrónica Palm Pilot hace casi dos décadas atrás, y hoy comparto lo aprendido con ustedes... Pero para entender la respuesta que les voy a dar es importante ofrecer un poco de información de fondo, pues cuando vean todo en contexto (y que como verán, es bastante simple) es que podrán entender mejor la respuesta a la pregunta original. Primeramente, y por si no le es obvio a alguien, hay que empezar diciendo que la inteligencia es producto directo de nuestros cerebros (y no de alguna entidad metafísica indetectable dentro de cada uno de nosotros), por lo que nuestra respuesta debe estar ligada de alguna manera al funcionamiento del cerebro. Así mismo, para entender el concepto de inteligencia hay que entender que somos, al final del día, simplemente un eslabón más de sistemas evolutivos. Somos apenas un mamífero más en una larga cadena de miles de millones de años (acá pueden aprender brevemente sobre lo que es la evolución, y sobre varios mitos asociados a ella). ¿Pero, qué es y cómo funciona el cerebro? Pues la forma más sencilla de responder es diciendo que el cerebro es una máquina reconocedora de patrones, que reconoce cosas y reacciona ante ellas. Los seres biológicos más sencillos, como renacuajos por ejemplo, viven una vida "reaccionaria", en donde sus sentidos obtienen estímulos del mundo a su alrededor, y estos simplemente reaccionan gracias a comportamientos pre-alambrados genéticamente. Así que si por ejemplo un renacuajo detecta la presencia de un depredador, este simplemente huye, y listo. Un renacuajo nunca, por más que se esfuerce, va a poder escribir una novela, o entender un cuadro de Salvador Dalí. Sencillamente su cerebro es demasiado sencillo y carece de los circuitos necesarios que poseemos nosotros. Sin embargo, algo interesante ocurre con organismos con cerebros más complejos como el nuestro... En algún punto en nuestro proceso evolutivo, un cambio genético propició el concepto de una memoria. Esta memoria sirvió para que los organismos ahora no dependieran solamente de simples reflejos para sobrevivir, sino que empezaron a memorizar patrones, o en otras palabras, a aprender. Eso significó que ahora algunos organismos un poco más complejos, como digamos, un ratón, podían ahora aprender de un suceso en específico, almacenar eso en su memoria, y después tener la capacidad de llamar esa memoria de regreso cuando este se encuentre en una situación similar a la anterior. Así que por ejemplo, el ratón quizás encontró una trampa, pudo salvarse de ella, pero el trauma de casi perder la vida solidificó una memoria bastante fuerte en su memoria sobre el encuentro con la trampa. Ahora, la próxima vez que el ratón encuentre una trampa, la imagen misma de la trampa (como explicado en este artículo anterior acá mismo en eliax) servirá como disparador de la memoria anterior, haciendo que el ratón recuerde el hecho y ahora trate de evadir la trampa. Así que pasamos de un sistema puramente reaccionario, a uno que ahora puede reaccionar basado en experiencias pasadas memorizadas. Pero, aunque el concepto y desarrollo de un sistema de memoria cerebral fue algo muy útil para sobrevivir, a este le faltaba todavía un componente clave: La capacidad de predicción. Una cosa es recordar algo y sencillamente tratar de no hacer la misma cosa, pero otra mucho más útil es tratar de predecir lo que sucedería si uno hace tal cosa (y notemos que para uno poder predecir, es necesario ya poseer una memoria efectiva, ya que esta sirve como una base de datos sobre acciones que uno puede tomar al momento de uno hacer predicciones). Un ejemplo con el mismo ratón sería no solo que este trate de evadir la trampa, sino que este recuerde que la trampa se activa bajando rápidamente un barra de hierro que atrape al ratón, por lo que si el ratón tuviese una buena capacidad de predicción este podría decir mejor algo como lo siguiente: "Muy bien, si aprieto esa palanca la barra bajará y me atrapará, pero si yo pongo algo sobre la palanca, como una piedrecita, la palanca bajará y chocará con la piedra, desactivando la trampa, y pudiendo yo comerme el queso que me dejaron como cebo/carnada". Y eso es precisamente lo que hacen seres con cerebros más desarrollados como pulpos, cuervos, delfines, primates, y naturalmente, humanos... Es esa capacidad de uno predecir a futuro lo que le da la mayor capacidad de supervivencia, y expresión (en el caso de humanos) a cualquier ser que consideramos inteligente. Podemos decir que mientras más la capacidad del ser de "ver hacia el futuro", mayor su nivel de inteligencia. Pero algunos dirán, "¿en qué me sirve la predicción a la hora de escribir una novela exitosa?", pues te sirve para predecir los gustos de las personas, las modas actuales, las frases que gustarán, las tramas que enganchan, etc. Y lo mismo podemos decir de un pintor, o un escultor, o un fotógrafo. Y en el mundo de lo negocios vemos esto a diario: Visionarios como Henry Ford, Steve Jobs, o incluso Bill Gates o Mark Zuckerberg (de Facebook), son personas que pudieron/pueden ver un poco más allá de lo que ven las personas frente a sus narices en el día a día. Hoy día es trivial ver el concepto de una red social como Facebook, pero tomó la visión de Zuckerberg el imaginarse y predecir cómo iba a ser el futuro en un mundo con este tipo de herramientas. Similarmente, Bill Gates (y obviemos por el momento sus tácticas un tanto no limpias en los negocios) supo ver mucho más allá que los ejecutivos de IBM cuando los convenció de que incluyeran su sistema operativo DOS en toda PC vendida (atando y haciendo dependiente a IBM de Microsoft). Así mismo podemos hablar de la visión que tuvo Henry Ford a la hora de perfeccionar el concepto de una planta de ensamblaje para sus automóviles, o la visión de Steve Jobs a la hora de imaginarse un mundo lleno de iPhones y iPads con pantallas táctiles y de fácil uso, y un caso similar podemos hacer de los fundadores de Google, Amazon, Netflix y muchas otras empresas legendarias. Pero en la vida cotidiana, esto también lo vemos. ¿Quiénes son los que generalmente escalan a posiciones gerenciales en empresas? Pues aquellos que no solo pueden predecir mejor el mercado, sino las relaciones interpersonales tanto a nivel laboral como con los clientes. ¿Quiénes son los mejores programadores de software? No necesariamente aquellos que conocen 10 lenguajes de programación diferentes, sino aquellos que pueden crear programas que predicen serán útiles para millones de personas, o aquellos que predicen que pueden crear librerías de objetos reutilizables que serán de utilidad para miles de otros programadores, o aquellos que pueden predecir que tal jefe o tal cliente gustará de tal solución creada. El poder de predicción es, en esencia, la medida más clara que podemos obtener objetivamente sobre el concepto que llamamos "inteligencia". Sin embargo, este tema es mucho más interesante que esa simple conclusión (y ya lo que viene es contenido adicional para los más curiosos): Algo curioso sobre nuestro cerebro es que este está constantemente haciendo predicciones, incluso de forma inconsciente ante nosotros. Por ejemplo, cuando levantas una mano para peinarte, el cerebro está literalmente prediciendo que si mueve los músculos de tal manera, que estos eventualmente llevarán tu mano con tu peine hasta tu cabeza, y después va a predecir (antes de que tu peine toque tu pelo) el lugar exacto en donde empezarás a peinarte, y después va a predecir la sensación que sentirás al pasar tu peine por sobre tu pelo, etc. Similarmente, cuando caminas, tu cerebro está prediciendo en donde exactamente caerá tu pie para aguantar tu peso, y predice también que si tu cuerpo se dobla de cierta manera al levantar el pie del piso que mantendrás el equilibrio, etc. Y de forma similar, cuando lees estas letras de este artículo, tu cerebro está prediciendo que al lado derecho de estas letras encontrará más letras, por lo que comanda tus ojos a mirar a la derecha, para encontrar más letras, y predice además que al final de una linea encontrará más letras en una nueva linea, e incluso predice que este artículo eventualmente terminará, y predice incluso mi forma particular de expresarme (con paréntesis como estos), y hasta predice el hecho de que al final de este artículo encontrarás enlaces a artículos anteriores relacionados a este. Incluso predice que habrá comentarios y que debes ponerte una alarma mental para regresar a leerlos. En resumen, el cerebro es una máquina que (1) detecta patrones, (2) almacena patrones, y (3) predice patrones, y mientras más potentes son esos elementos (particularmente el de predecir patrones), más eficiente (o "inteligente") es el organismo en su medio ambiente. ¿Curioso, no? autor: josé elías |
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"Muy interesante +1, mucho tiempo sin leer algo que me gustara tanto."
en camino a la singularidad...
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Muy buen artículo. Esto sí es Eliax. Qué lástima que no tengas tiempo suficiente para que todos los artículos sean de ese nivel.