miércoles, abril 16, 2014
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Esta noche pasada tuve el inmenso placer de ver la más reciente creación del escritor-director Wes Anderson, The Grand Budapest Hotel, la cual muy posiblemente sea su mejor película a la fecha.
Pero antes de hablar de la película, quiero hablarles de su creador, Wes Anderson... Este relativamente joven director lo descubrí con una de las mejores películas que vi en 1996 (y una de mis favoritas de todos los tiempos), Rushmore (curiosamente en Buenos Aires, Argentina, el mismo lugar en donde acabo de ver Budapest Hotel), en donde también descubrí el talento del en ese entonces joven actor Jason Schwartzman, y en donde vi al actor Bill Murray salir un poco de su zona de confort. Ambos de esos actores han trabajado posteriormente en la mayoría de las películas de Anderson, y Rushmore para mi se convirtió en todo un clásico, y una película muy diferente a las que usualmente vemos en el cine. Desde entonces hasta esta fecha Anderson ha conseguido todo un culto de muy bien merecidos seguidores, pues este ha logrado crear un estilo totalmente reconocible como propio. Cuando uno ve una película de Anderson la reconoce tan rápidamente como cuando uno reconoce una pintura de Van Gogh (con quien en mi opinión comparte muchos patrones creativos). Las películas de Anderson se distinguen por su paleta de colores (usualmente colores pasteles, con grandes áreas de colores sólidos), sus movimientos de cámara (horizontales o verticales a la pantalla, y con acercamiento a actores), la forma que presenta los escenarios (parecen escenarios de juguete, y en algunos literalmente substituye juguetes por edificios y actores), la forma que presenta los actores (parecen personajes ficticios, extremadamente bien "dibujados", con colores sólidos, y casi siempre vistos directamente de frente o directamente de perfil), y la forma que presenta sus escenas (parecen cuadros fijos, con muy poco movimientos). En mi opinión, Anderson es todo un genio, y aunque algunas de sus películas no me han gustado, uno no puede dejar de maravillarse ante su peculiar forma de hacer sus películas, y en ese aspecto, El Gran Hotel Budapest es hasta la fecha quizás el trabajo más representativo de la técnica que lo separa de otros directores. La película cuenta un historia bastante simple, contándonos la historia de dos concierges de hoteles, y la interesante (y extraña) vida que vivieron, y como esa vida terminó colocándolos en los lugares más inesperados (más de aquí no les cuento para no arruinarles la película). La dirección de esta obra fue sencillamente fenomenal, y el guión muy interesante y entretenido, moviéndonos nosotros en el tiempo, e incluso cambiando el formato de la pantalla según la Era (en el pasado, Anderson recurre a mostrarnos la película en formato cuadrado, y en el presente en el formato rectangular de la actualidad). Las actuaciones así mismo fueron excelentes, y ni hablar de la cinematografía, que nos hacía sentir que no estábamos viendo una película, sino un cuadro en movimiento. Y la banda sonora no se queda muy atrás, tocando las notas correctas en cada escena, y callando cuando no era necesaria. Esta es, en mi opinión, una de las mejores películas del año, y que espero en los próximos Oscars sea debidamente al menos nominada en varios renglones. Pero ojo, unas palabras de advertencia: Aunque me gustó bastante esta película (así como le gustó a todo el grupo con quien fue a verla), lo cierto es que esta película cae más en el lado "artístico" del cine que el de "acción", aunque si pueden apreciar y entretenerse con un buen drama, esta les gustará). ¿Qué quiero decir con esto? Que no todo el mundo gustará de esta película, aunque algo me dice que la mayoría la disfrutará... Le doy 9.5 de 10 Avance/trailer a continuación (enlace YouTube)... autor: josé elías |
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en camino a la singularidad...
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Esta es la primera vez que oigo de este director. Lo voy a poner en mi lista.