miércoles, julio 22, 2009
|
Hace 40 años atrás, un día como hoy, a las 10 de la noche (22:00 horas), un niño de 10 años contribuyó sin proponérselo al regreso a salvo de la tripulación del Apollo 11.
Aunque hoy día solo se recuerdan los hitos de la misión, un dato poco conocido es que no todo fue color de rosa en esta. Por ejemplo, Neil Armstrong aterrizó con solo 25 segundos disponibles de combustible en la Luna. Si no hubieran podido encontrar un lugar propicio para alunizar posiblemente hoy día los restos del Eagle estarían aun en la Luna... Otro ejemplo, y del cual hablaremos hoy, es de un serio problema que ocurrió en el último día de viaje, en donde una poderosa antena utilizada para mantener en contacto la base de comando de la NASA con la tripulación, se averió, y sin esta antena hubiera sido bastante difícil y peligroso regresar de nuevo a la Tierra (en particular dado los escasos recursos de la cápsula de retorno). Lo que sucedió fue que un sistema de engranaje y "caja de bolas" se trancó dentro de la gigantesca antena, y dado que la cápsula con los tres astronautas ya estaba de regreso, simplemente no había tiempo de desmantelar toda la estructura para hacer las reparaciones necesarias. ¿La solución? Se decidió que quizás la antena volvería a moverse si simplemente llenaban de grasa el engranaje atascado. El problema era que la única manera de llegar al interior de la pieza averiada era por una entrada de 2 y media pulgadas, y aparte de eso estaba en una posición difícil de llegar con una trapo u otra herramienta. Es aquí cuando el ingeniero Charles Force decidió llamar para que trajeran a su hijo de 10 años, Greg Force, al centro de comando de la antena. El trabajo de Greg era sencillo: Entrar su mano por la delicada máquina, encontrar la delicada pieza, y engrasarla. Después de ahí era solo cruzar los dedos y esperar que un empujoncito hiciera funcionar el sito de giro de la antena. Sorprendentemente funcionó, y la NASA pudo volver a restablecer comunicación con los astronautas para guiarlos en su descenso. En otras palabras, este niño, aun sin saber lo monumental de su simple aporte, muy bien pudo haberle salvado la vida a Neil Armstrong, Buzz Aldrin, y Michael Collins. En su regreso a la Tierra, Greg recibió las gracias en persona de Armstrong, quien además le dejó firmada una nota escrita sobre un recorte del periódico en donde el niño había salido como un héroe, dándole las gracias por su aporte... Greg siempre ha permanecido humilde con su aporte, siempre diciendo que lo único que hizo fue ponerle grasa a una máquina, aunque solo fue mas tarde en su vida cuando supo la importancia de lo que hizo. El sueño de Greg toda su vida fue la de ser un astronauta, pero lamentablemente debido a que es ciego de ciertos colores no pudo pasar el examen de admisión al programa espacial. Aun así, como dice él hoy día, nunca ha dejado de seguir de cerca el programa espacial, y espera con ansias el día que la humanidad regrese a nuestro bello satélite. Fuente de la noticia autor: josé elías |
22 comentarios |
Curiosidades , Tecnología Espacial |
Comentarios
Añadir Comentario |
"[...] pienso lo mismo que tu pero no tenía las palabras que tu utilizaste para exprezar tantas cosas tan interesantes que mucha gente no es capaz de percibirlas como lo dices por lógica o sentido común.
La verdad me encantó el artículo. muchas gracias."
La verdad me encantó el artículo. muchas gracias."
en camino a la singularidad...
©2005-2024 josé c. elías
todos los derechos reservados
como compartir los artículos de eliax
Seguir a @eliax
Un rodamiento o caja de bolas, no un engranaje. Son muy distintos.