lunes, octubre 10, 2011
|
Este artículo de hoy lo considero importante a todo nivel para todo tipo de personas, sea un empresario, un estudiante, un desarrollador de software, un diseñador gráfico, arquitecto, o incluso un dueño de un pequeño supermercado. Inicialmente aparenta que habla sobre temas técnicos, pero como verán rápidamente en realidad habla de un tema filosófico que puede ayudarnos a ser mucho más eficientes y exitosos en la vida...
Es bastante posible, aun si no son personas que se consideren técnicas en el mundo de la computación, que hayan escuchado entre amigos, o en la radio, o en TV, o en un periódico o revista, el eterno debate entre el famoso "software libre" y "el software cerrado o privativo". Esa guerra de ideales en realidad desde el punto de vista psicológico y filosófico se reduce en realidad a algo más sencillo: El debate entre el ofrecer todas las opciones posibles, y el de ofrecer una cantidad limitada de opciones. Voy a iniciar hablando del Software Libre, ejemplificado de forma excelente por el sistema operativo Linux amado entre geeks y nerds de todo el mundo (yo incluído). Para los que no son técnicos, Linux es un sistema operativo que por años ha tratado de competir principalmente contra Windows, pero también contra OS X de Apple, así como contra otras plataformas en ambientes de servidores de datos (en donde ha sido muy exitoso debido a su audiencia técnica) y plataformas móviles. Sin embargo, más allá de ambientes fuera del alcance directo de consumidores, Linux no ha sido exitoso en ambientes en donde el consumidor final directamente manipula a Linux (fanboys: el Linux kernel debajo de Android no cuenta, aunque regresaré a Android en unos momentos). Y la pregunta es ¿por qué? Aparenta inaudito que una plataforma que es totalmente libre y gratis, no pueda ser exitosa. Esa es una pregunta que los proponentes de sistema abiertos y libres como Linux parecen siempre obviar, y sin embargo debería ser la primera pregunta a responder, ya que, después de más de 20 años de trabajo, se pensaría que alguien dijera "¡un momento por favor! tenemos 20 años en esto y seguimos con un 2% del mercado en ambientes de sistemas operativos de escritorio, ¿qué estamos haciendo mal?". Y hoy, les diré cuál es el problema... El problema no es Linux. El problema es algo muchísimo más fundamental que un sistema operativo, y se trata de el concepto de tener demasiadas opciones. Se ha demostrado, una y otra vez, en incontables estudios (que literalmente rondan en los cientos), que el ofrecer demasiadas opciones a una persona lo que hace es tener un efecto adverso al quizás esperado: Crean una barrera de adopción en la mente humana. Como ejemplo, para cualquier cosa que uno desee hacer en Linux, deben existir al menos 10 formas diferentes de hacer la misma cosa. Eso, aparentemente, es una gran ventaja, ya que significa que uno puede hacer tal cosa de la manera que más le plazca a uno. Eso no sería un problema tan serio de por sí, si no fuera por el hecho de que en cualquier sistema se ejecutan no solo una sola cosa, sino que decenas o cientos, y si para cada una de esas decenas o cientos de cosas existen 2, 3 o 10 maneras diferentes de hacer las cosas, terminamos con sencillamente demasiadas opciones. ¿Y a qué se traduce eso? A que al menos que uno sea un usuario técnico que entienda cosas de bajo nivel, que por lo general tantas opciones lo que hacen es inundar la mente del usuario común, quien instintivamente rechaza lo que se le presenta. Esto es extremadamente importante que lo entiendan, ya que este super sencillo concepto (de que la complejidad funciona como barrera a las personas) es lo que ha hecho que Apple se haya convertido hoy día en la empresa más valorada del planeta (aun ofreciendo lo que muchos detractores llaman "sistemas cerrados para tontos y esclavos"), mientras que Linux con su modalidad abierta y libre lleva 20 años sin generar tracción notoria en ambientes de consumidores. Y aquí llegamos a un punto clave en esta discusión, el mito de que sistemas propietarios y sencillos como los de Apple son "malos y cerrados" mientras que los del Software Libre son "buenos y abiertos". Yo, alego totalmente lo contrario. Gracias a productos de Apple como el iPod, iPhone, y iPad, la tienda iTunes, o la tienda App Store, y recientemente el anunciado Asistente Virtual Siri, Apple por primera vez ha liberado a la gente común de la complejidad inherente de la tecnología misma. Se necesitó de un visionario que pensara en términos de personas, y no de tecnología, Steve Jobs, para que esta liberación ocurriera. Steve Jobs humanizó la tecnología. Los fanáticos del Software Libre (y no quiero encasillar bajo el término "fanáticos" a todos los que apoyan el Software Libre, pues yo mismo apoyo el Software Libre en algunas de sus formas, sino que me refiero a radicalistas comos Richard Stallman que con sus discursos lava cerebros sin mencionar el otro lado de la moneda como lo que estoy haciendo yo hoy), alegan que la razón que Apple vende sus productos tan masivamente es porque "son una moda". Alegan que todos los que compran estos sencillos productos de Apple lo hacen "por seguir la corriente de los demás". "Por pura vanidad". Y de paso agregan "son productos para ricos". Mentiras. O más bien, los que alegan esto o son unos ignorantes del tema que hablo hoy, o sencillamente se están cegando ellos mismos para hacerse sentir bien por el hecho de que sus plataformas "abiertas" que apoyan han sido un fracaso en el mismo espacio que Apple ha tenido tanto éxito. Así que acá va una dosis de realidad: Los productos de Apple han sido tan exitosos por el hecho de que son sencillos, fáciles de utilizar, de acceso a casi cualquier persona. Son productos con opciones limitadas que ofrecen lo necesario para hacer una determinada tarea. Como ejemplo personal: Yo poseo tanto un iPhone 4 como un celular Android de Google (el Nexus S), por lo que puedo hablar con propiedad al hacer una comparación entre ambos, y si algo he notado (y que hace que siempre regrese al iPhone como mi celular principal) es el hecho de que mientras en el iPhone para casi todo existe una sola y única manera de hacer las cosas, en Android tengo varias que me confunden. El ejemplo que siempre ofrezco al respecto es la manera de hacer algo tan sencillo como "regresar a la pantalla anterior". En iPhone siempre es lo mismo, un control visual arriba a la izquierda en forma de flecha que apunta a la izquierda. Es un formato que Apple ha promovido y que prácticamente el 100% de las aplicaciones de esa plataforma utilizan. En Android existen al menos 4 formas distintas de hacer lo mismo, y lo peor es que dependiendo de la aplicación, debes saber cuál forma soporta. Así que por ejemplo en Android debo dedicar más neuronas en recordar y saber, para cada aplicación, cuál es la funcionalidad que me regresa a la pantalla anterior. ¿Es un ícono en algún lugar misterioso de la pantalla? ¿o es el botón físico que están debajo en el celular? ¿o es haciendo un gesto hacia la izquierda con los dedos? ¿o es eligiendo alguna otra opción en la pantalla? Ciertamente, el modelo iPhone a veces se pasa de simple, y sí, admito que a veces deseo que se incluyan unas cuantas opciones más para mi que soy un usuario técnico, pero la realidad es, que si pongo todo en la balanza, y comparo las restricciones de tener un entorno bastante simplificado, versus tener demasiadas opciones, lo cierto es que no hay que pensarlo mucho, y ciertamente eso es lo que ha pasado con el mercado en general: Los dispositivos que más se venden hoy día son por lo general aquellos que tienden a la simpleza, Pero antes de continuar, notemos que no soy yo el único que dice esto... En este artículo publicado en el prestigioso New York Times, podrán ver como hablan de estudios realizados por expertos en el área en donde la conclusión es simple: "Demasiadas opciones paralizan la mente". Y si creen que ese es un estudio aislado, acá tienen otro en Psychology Today, o en Physorg, o este en Los Angeles Times, o este otro en Social Psychology Eye, o este otro en el American Psychological Association, o incluso este influyente libro titulado "The Paradox of Choice: Why More Is Less". El resumen de todos esos artículos (que si los leen, verán que están abalados por extensos estudios en varios de los centros de investigaciones psicológicas y mercadológicas más prestigiosos del mundo), es que "menos es más" y "demasiadas opciones nublan la mente". No quiero finalizar el artículo sin demistificar algo a lo que ya aludí en el artículo pero que quiero hacer aun más explícito: El modelo Apple, de ofrecernos cosas sencillas, cosas simples, es liberador, y es quizás la máxima expresión de libertad, ya que es un concepto inclusivo que piensa en darle acceso a la tecnología al mayor número de personas posibles. Por otro lado, el modelo del Linux y otros modelos similares que ofrecen demasiadas opciones técnicas, es un modelo exclusivo, que por su naturaleza excluye a la mayor parte de la población, y por tanto solo una porción técnica de la población puede darle uso, y que por consiguiente es un sistema cerrado y excluyente para las masas. Como ven, a veces no siempre lo que aparenta es, y la única manera de discernir lo más posible la realidad, es pensando y racionalizando las cosas... Nota: Ya he hablado de este tema anteriormente acá mismo en eliax en artículos como este. autor: josé elías |
245 comentarios |
Apple / OS X , Educación , Google , Linux , Negocios , Opinión / Análisis , Pregunta a eliax , Psicología , Redes Sociales , Software , Windows / Microsoft |
Comentarios
Añadir Comentario |
"La calidad de un producto refleja el espíritu de una empresa y el espiritu de la empresa refleja el espíritu de quienes la componen... Grande"
en camino a la singularidad...
©2005-2024 josé c. elías
todos los derechos reservados
como compartir los artículos de eliax
Seguir a @eliax
La misma analogia aplica a consolas de video juegos, que si bien no son muy potentes en comparacion a las ultimas PCs, venden mas por lo simple que es poner tu CD/DVD/BRD y jugar, sin necesidad de configurar o instalar mayor cosa. El asunto esta cambiando con servicios como Steam, pero por la misma razon de la simpleza.