El futuro de la Iglesia Católica parece haber dado un giro de 180 grados con la elección del Papa Francisco I, y creo que este evento es tan significativo que amerita que exprese algunas cosas que he pensado en estos últimos años con respecto a la Iglesia, y lo que en mi humilde opinión personal, opino debería ser su futuro. Quien sabe, cuando venimos a ver ocurre un milagro y el mismísimo papa lee estas lineas...

Pero antes de entrar en materia saquemos la ropa del closet: Estoy seguro que muchos lectores de eliax consideran el blog en algunos sentidos anti-religioso, pro-ateo, y todo lo que quepa entre esos dos extremos. Pero nada puede estar más lejos de la realidad.

Yo no abogo explícitamente para que las personas dejen de ser religiosas, o para que se conviertan en ateos. Para lo que siempre he abogado, y seguiré haciéndolo, es para el uso de la razón a la hora de regir nuestras vidas, y de no dejarnos llevar de lo que nos dicen muchas personas sin entender lo que nos están diciendo, a pura "fe".

Habiendo dicho eso, que no les resulte sorpresivo entonces el hecho de que me he alegrado que el nuevo papa resulte ser el cardenal Jorge Bergoglio de Argentina.

¿Por qué estoy regocijado? Pues por varios motivos, pero el principal siendo el hecho de que la Iglesia ya tiene tiempo desviándose de lo que debería ser su objetivo principal, que es el ser un ejemplo y líder moral para los ciudadanos de todo el mundo. Un ejemplo sobre como vivir una vida productiva y feliz.

Ojo, que no quepa duda que no estoy de acuerdo con muchas cosas de la Iglesia (y otras religiones), pero por otro lado la religión en los tiempos actuales creo que hay que verla como uno vería a un buen amigo, con el cual compartes pero con el cual no necesariamente estás de acuerdo en todos los temas.

Incluso, tengo una gran diferencia con uno de los temas fundamentales de la iglesia, que es el de enseñar a creer por pura Fe, y no con el uso de la razón, lo que ha ocasionado todo tipo de estragos a través de los siglos en todo el mundo, provocados por el fanatismo religioso, cuya causa es precisamente el tener personas que no piensan las cosas y que las toman a pura "Fe".

Sin embargo, por otro lado, sería altamente ignorante pensar que podemos sencillamente obviar que la religión existe, y que quizás el 85% de todas las personas con las cuales lidiamos en el día a día adoptan la religión de alguna forma u otra en sus vidas cotidianas (como ocurre con mi propia familia).

Así que estamos en una etapa en donde lo correcto es convivir, y dialogar, y en mi caso (como planeo hacer con este artículo) sugerir constructivamente como podemos caminar todos juntos de la mano, hacia lo que espero sea un mundo mejor para todos.

Así que habiendo hecho esa larga introducción, quiero expresar brevemente por qué me ha gustado tanto la elección de Francisco I, y después ofrecer una serie de sugerencias a la Iglesia, si verdaderamente quiere sobrevivir como institución en los siglos venideros (pues todo apunta a que proporcionalmente en todo el mundo, las religiones son cada ves menos adoptadas por nuevas generaciones).




Por qué me gustó la elección de Francisco I

Una de las cosas que me impresionó sobre el nuevo papa, fue su elección de nombre. Francisco, en honor a Francisco de Asis, una persona que según la historia renunció a sus privilegios familiares (provenía de una familia adinerada de su época (siglos 10 al 11 de nuestra Era)), y dedicó su vida a ayudar a los más necesitados.

Ese nombre envía un gran mensaje al mundo: Este Papa no se lleva de convenciones y tiene su propia agenda, la cual aparenta se concentrará en acercar la Iglesia una vez más a los menos privilegiados.

La otra gran señal que dio Francisco I fue que en el momento de presentarse por primera vez al público, declinó que lo subieran a una plataforma por encima de los demás cardenales, enviando una señal de que él se considera uno al igual que ellos y no por encima de ellos, e incluso declinó vestirse en el tradicional atuendo lleno de joyas preciosas (lo que de por sí solo habla volúmenes sobre su filosofía de vida).

La tercera señal que nos envió este papa fue cuando se presentó frente a todos sus fieles por primera vez, y en vez de ofrecer una bendición a la gente (que es lo tradicional hacer, y lo que se interpretaría como que él tiene poderes especiales por sobre los súbditos) optó mejor por pedirle a los presentes que oraran por él. Con eso envió una señal de que "no soy superior a ustedes para bendecirlos, pero ustedes si pueden orar por mi con la esperanza de que yo haga un buen trabajo".

Como si fuera poco, y siguiendo su estilo de vida en Argentina, declinó transportarse en el vehículo papal, optando por irse en un autobus junto con los otros cardenales, en igualdad y humildad ante ellos.

Son pequeños detalles, pero que dicen mucho sobre su psicología, y es justamente lo que necesitaba la Iglesia en estos momentos: Humildad y verdadero amor hacia el prójimo.

Pero ojo, hay asuntos en los que al menos yo no estoy de acuerdo con él, como el hecho de que Francisco I se opone rotundamente a los matrimonios entre gays. Pero una vez más, solo por eso no puedo crucificarlo. Cada quien tiene derecho a opinar, y aunque él y yo no estemos de acuerdo en puntos como ese, eso no significa que lo considere una mala persona, o que no me guste como persona. Todo lo contrario, este es el primer papa (desde el Papa Juan Pablo II) con el cual estoy seguro podría disfrutar de una conversación bastante estimulante por largas horas...


Ahora regresen mañana para la segunda parte de este artículo, en donde planteo una serie de sugerencias para la Iglesia, sobre cómo debería reinventarse para los siglos y tendencias venideras...

Actualización: Ya pueden leer también la segunda parte.

autor: josé elías