lunes, enero 13, 2014
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Aquí vamos otra vez, algo para ponderar...
En sudáfrica, un pastor ha declarado que una manera para uno acercarse más a Dios es... comiendo césped (fuente). Y césped están comiendo por montones los creyentes de esa congregación. Obviamente, así como el pastor se tomó muy en serio su rol de "pastor", así mismo los creyentes tomaron en serio su rol de "ovejas", y esta noticia, más allá de simple curiosidad, creo que nos deja un mensaje... Muchos, y de forma similar a la noticia del primer pastafari elegido a una posición gubernamental, es bastante posible que se rían de estas personas que "comen yerba" y los tilden de ridículos, pero (y este es el gran "pero" que debería hacer que algunos ponderen un poco sus vidas) estoy seguro que muchos a los que esta noticia les hace gracia, hacen cosas diariamente en sus vidas que para muchos otros tanto son igual de graciosas, tontas, y hasta absurdas. Y los ejemplos sobran: ¿Cuántos de ustedes acuden a un total desconocido y les cuentan todos sus secretos (en el confesionario)? ¿O cuántos de ustedes dejan a solas a sus hijos menores con personas de quienes desconocen sus mañas sexuales (el tema de los monaguillos en iglesias)? ¿O cuántos de ustedes donan un "diezmo" a pastores sin sabes hacia dónde realmente va la mayor parte de ese dinero? ¿O qué tal aquellos que están de acuerdo con vestir a mujeres en trajes parecidos a los de Batman (las monjas) y de paso negarles cualquier tipo de relación natural sexual con hombres? ¿O qué tal aquellos que en vez de pasar un buen fin de semana compartiendo con sus hijos en el campo, el cine, la playa o con otros familiares, se la pasan arrodillados ante un altar pidiendo milagros? Muchos sin duda que dirán que "no es lo mismo", y yo lamentablemente les tengo que decir que sí es lo mismo. En ambos casos, desde los come-césped hasta los que hacen algunas de las cosas en la lista de preguntas que hice hace dos párrafos atrás, hacen sencillamente lo que aprendieron de sus padres o de sus amigos, sin cuestionar en ningún momento el por qué de lo que hacen. Y ojo, no les estoy diciendo que el compartir parte de nuestra humanidad en un templo sea necesariamente malo, lo que estoy diciendo que hay que pensar dos veces es el acto de creer a fe ciega y de hacer cosas que bajo cualquier otra circunstancia (es decir, bajo un mente abierta y racional) serían sencillamente ridículas. Así que antes de reírse de estos sudafricanos, ponderen un poco si quizás muchos de ustedes no son más que otro tipo de ovejas, comiendo otro tipo de césped ¡Gracias al lector Carlos David Correa por compartir la noticia en el grupo oficial de eliax en Facebook! autor: josé elías |
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Curiosidades , Educación , Psicología |
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en camino a la singularidad...
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El estómago humano no evolucionó para eso, el de las vacas si, con sus dos estómagos pueden descomponer la amilasa.
Seguro les dijo, semen su dinero presupuestado para comer, y como ganado tonto siguieron al trasquilador y se quedaron sin lana.