lunes, mayo 26, 2014
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Si alguien menciona la palabra ateo en prácticamente cualquier ambiente, existe un 85% (mi conclusión personal) de probabilidad de que alguien o se sorprenda, o cuando menos se imagine inmediatamente alguien ligado a algún ser diabólico, o cuando menos a alguien que está en contra de sus creencias.
Sin embargo, un ateo promedio (y las distintas variedades, entre los que se destacan los agnósticos) dista bastante de los estereotipos difundidos principalmente por entidades religiosas, y es mi objetivo sacar a relucir hoy en eliax cuáles son las verdaderas cualidades de estas personas, cuáles son los distintos tipos, y varios mitos y estereotipos que se tienen de ellos. Y antes de que lo pregunten, he acá mi respuesta a la pregunta de si soy ateo o no (aunque no entiendo por qué aparenta haber un requerimiento social de que para escribir sobre ateos hay que ser ateo, asumo que será debido a esto). Empecemos primero con el estereotipo común que nos enseñan en la iglesia o en grupos religiosos: Según estos, un ateo es uno o más de (1) alguien que no cree en Dios, (2) alguien que trabaja para Satanás, (3) por lo general una persona que estudia ciencia, (3) un pervertido social, (4) alguien que apoya el libertinaje, (5) alguien con poca o nada de moral y ética, (6) una vergüenza para la sociedad, (7) alguien de quien hay que alejarse, (8) alguien a quien temer. Y esa es la descripción "lite" (dietética). En algunos ambientes religiosos los ateos son considerados algo aun mucho peor que todo eso, y son la encarnación misma del demonio sobre la Tierra y según ellos deberían ser cuando menos exterminados. Pero antes de ofrecer una descripción más realista, tomemos una breve dosis de realidad, ponderando los siguientes datos, recabados por instituciones reconocidas internacionalmente, en base a estadísticas y datos reales obtenidos de miles o cientos de miles de personas, así como indicadores socioeconómicos oficiales de los organismos pertinentes en cada nación o grupo social: 1. En promedio, los países menos religiosos son los más pacíficos (fuente acá en eliax) 2. En promedio, los ciudadanos del mundo que se auto-describen en censos como los más felices viven en los países menos religiosos (fuente acá en eliax) 3. Porcentualmente hablando, casi de forma universal en la mayoría de prisiones del mundo, el grupo de personas que menos se encuentran en las cárceles del planeta son ateos, y los más comunes son los que se identifican como religiosos (fuente: Richard Dawkins, quien investigó extensivamente al respecto). 4. Similarmente, los países más educados son también los menos religiosos, e incluso son los países en donde está desapareciendo la religión (fuente acá en eliax). 5. Y como si fuera poco, un estudio internacional que revela los países más corruptos y menos corruptos del mundo revela una correlación en que los más corruptos son los más religiosos, y los menos corruptos los menos religiosos (fuente acá en eliax). ¿Qué nos indica eso? Pues lógicamente esos datos nos dicen que posiblemente algo está mal con la definición tradicional de ateos que lamentablemente le enseñan a nuestros hijos en el 95% de todos los centros educativos del mundo... Así que acá una definición más cercana a la realidad: Un ateo es alguien que sencillamente no cree en un Dios clásico como los descritos en libros sagrados. Estos no creen que el universo fue creado por una deidad, y por pura y simple extensión de ese concepto estos tampoco creen en demonios, y por lógica conclusión distan mucho de venerar o incluso aceptar la existencia de demonios. Similarmente, un agnóstico clásico es alguien que cree en la posibilidad de un Creador, pero no se subscribe a ninguna religión en particular ni acepta las escrituras de ningún tipo de libro considerado sagrado por cualquier religión. Es bueno destacar sin embargo que así como en la religiones existen subdivisiones (por ejemplo, el Cristinanismo tiene a los Católicos, Evangélicos, etc), que también existen ligeras vertientes filosóficas entre ateos y agnósticos. Por ejemplo, algunos opinan que este universo podría bien sido creado por una entidad super inteligente en otro universo, y que somos una simple simulación, pero que tal entidad no está al tanto de cada una de nuestras oraciones y que somos no mas que un juego. Otros en el otro extremo opinan que todo originó de la nada, gracias a fórmulas matemáticas y mucha evidencia empírica (proveniente de la Mecánica Cuántica) que apoya esa posibilidad. Una minoría incluso opina que sí, que hubo un Dios creador pero que esto solo creó el universo y después de ahí los libros sagrados son puros inventos humanos. Incluso existen otra minoría que dicen que sí, que un Dios existe y que incluso nos observa pero que no nos castiga ni envía a ningún infierno. Y así existen muchas otras vertientes, pero en promedio (y en su mayoría), el ateo promedio sencillamente no cree en un Creador, mientras que un agnóstico deja la posibilidad abierta. Y por lo general, la mayoría de ambos grupos no cree en las escrituras supuestamente sagradas de las distintas religiones del mundo. Por otro lado, el ateo promedio no es una persona explícitamente científica, sino que existen ateos en todos los rincones de la sociedad, desde amas de casa y estudiantes, hasta profesores de religión y bailarines, y desde escritores de ciencia ficción hasta directores de cine, y desde pintores hasta fotógrafos, y desde inversionistas en la bolsa de valores hasta programadores de software, y vienen en todas las edades, razas y estilos. Sin embargo, lo que sí podemos decir es que existe una mayor incidencia de ateos entre la comunidad científica, siendo la razón muy sencilla: Cuando uno se educa en estos temas y abre su mente a otras opiniones, y sobre todo, ve la evidencia con sus propios ojos, se hace muy difícil de creer ciegamente en algo solo porque alguien te dice que creas sin preguntar por qué... Así mismo, si hay una cosa que se puede decir sobre la moral y ética de los ateos y agnósticos, es que estos en promedio sobrepasan con creces a la población religiosa promedio (como lo indica parcialmente la estadística de quienes habitan nuestras cárceles). Pero, ¿por qué? (y ven cómo siempre hay que justificar con un "¿por qué?" lo que alguien como yo dice, en vez de aceptarlo a ciegas), pues por una sencilla razón: A los religiosos se les enseña moral y ética basado en un esquema de castigo y sufrimiento, en donde si no te portas bien, una deidad te castigará, y si te portas muy mal, terminarás en algún tipo de infierno, sufriendo unos tormentos indescriptibles para toda la eternidad (y vaya forma de tratar a los desviados de La Fe, por dioses supuestamente misericordiosos). Un ateo o agnóstico promedio, por otro lado, decide comportarse bien en la sociedad no por temor a ser castigado, sino por convicción propia de que es lo mejor para el o ella, y por ende, para toda la sociedad. Es una conclusión que se llega, irónicamente, por medios egoístas, y no por medios altruistas. Estas personas entienden que si todo el mundo hace lo mejor para si y da lo mejor de sí mismo, el mundo será mejor para todos. Por eso es que no es de extrañarnos la gran incidencia de ateos, particularmente en el mundo occidental, entre las personas más exitosas del mundo, las cuales independientemente de sus defectos personales, por lo general son las que más impactan positivamente al mundo. En la lista podrán encontrar a los fundadores de Microsoft, Apple, y Facebook por ejemplo, empresas que nos dieron la PC, los celulares inteligentes modernos, y las redes sociales que permiten que miles de millones de personas hoy vivan vidas más productivas que nunca antes, y se comuniquen con familiares remotos como nunca antes. Y eso sin nombrar los incontables hombres de ciencia, empezando por Einstein, que han mejorado nuestras vidas en formas incalculables, ofreciéndonos medicinas, transporte, hogares, entretenimiento, y un sinnúmero de elementos que elevan nuestra calidad de vida muy por encima de lo que se logró en los últimas decenas de miles de años bajo regímenes mayoritariamente religiosos y estrictos, y que forzaban la sumisión mental en vez de la creatividad y libertad de expresión. O en otras palabras, lo que trato de decir es que los ateos y agnósticos distan demasiado lejos al estereotipo de "personas malas" que los grupos particularmente religiosos quieren otorgarles... Y ojo, no estoy en lo más mínimo menospreciando las contribuciones a la sociedad de personas con creencias religiosas, las cuales posiblemente en esta etapa de nuestra historia sean mayores que de ateos o agnósticos, pero es bueno también entender por qué: Hasta muy recientemente, en el 99% de las familias los niños no tenían opción sobre en qué creer, y prácticamente todas las mentes brillantes del mundo nacieron indoctrinados en creencias religiosas, por lo que es lógico que estos sean más numerosos. Sin embargo, en décadas recientes ha habido una apertura mucho mayor en relación a la convivencia con ateos y agnósticos, particularmente en países desarrollados como los EEUU y varios países europeos, y eso es precisamente lo que ha liberado la mente de muchos para que creen cosas como nunca antes, y es también gran parte de la razón del gran avance científico y tecnológico que estamos viviendo en estas décadas recientes. Además es bueno citar la tendencia global en materia de religión: Aunque aparenta que la cantidad de adeptos a religiones crecen, eso se debe casi exclusivamente al crecimiento de la población, pues la realidad es que en términos porcentuales de la población la cantidad relativa de personas religiosas en todo el mundo está decayendo a un rimo asombroso. Según los datos de censos de los EEUU, en tan solo medio siglo (y no recuerdo la fuente, si alguien me la busca la coloco acá inmediatamente me la ofrezcan) creció en más del 15% la tajada de la población que ahora se autodenomina como ateo, agnóstico, o "no creyente" (y con tendencia creciente). Y similarmente, los datos de censo indican que próximamente en 9 países europeos las religiones no solo han disminuido drásticamente, sino que incluso ya pronto desaparecerán (o más bien, se convertirán en un nicho de unos pocos), y esa fuente si la tengo en este otro artículo acá en eliax. El otro mensaje que quiero pasar es que no hay razón para temer a un ateo o a un agnóstico, pues estos ya han demostrado en casi todos los sectores de la sociedad que son más productivos, educados, solidarios, comprensivos, morales y éticos que la persona religiosa promedio, y de paso no juzgan a las personas por lo que creen, sino más bien por sus méritos y sus logros. Incluso, en la vida cotidiana algo que he notado es que es más probable que un ateo ayude a cualquier religioso (si importar su devoción), que un religioso de una denominación a otro religioso de otra denominación... A diferencia de los ateos que consideran a todo el mundo su hermano con igual de derechos, entre las diversas facciones religiosas lo que vemos usualmente es una guerra santa interminable de expresiones, palabras, insultos, apuntadera de dedos y acusaciones (y si nunca han escuchado a católicos hablar en círculos cerrados sobre evangélicos, o viceversa, solo les diré que es una de esas cosas que más le abre los ojos a cualquiera sobre la realidad de estas creencias, que distan mucho de los ideales que supuestamente siguen, como el "amar a los demás como a ti mismo"). Y ojo, no estoy diciendo que las personas religiosas son malas personas (al contrario, la gran mayoría son personas de buenas intenciones, en mi opinión), sino que existen divisiones entre los mismos religiosos que van en contra de sus propias enseñanzas, de forma a veces descaradamente irónica e hipócrita, y eso se debe principalmente al dogma de "solo cree y no preguntes por qué" que literalmente inhibe en sus mentes el pensamiento crítico y reflexivo sobre las acciones que toman y hacen. Sin embargo, no puedo finalizar sin admitir algo: Así como existen fanáticos religiosos que dañan en muchos sentidos muchos de los mensajes primarios de algunas religiones, así existen también ateos fanáticos que dedican gran parte de su vida a combatir una guerra fanática contra cualquier creyente. Quiero dejar dicho bien claro que esos son una minoría, y los que lamentablemente en muchos casos perpetuam la imagen del "ateo enemigo". Estas personas no son representativas del ateo o agnóstico común, y eso es bueno que lo entiendan. El decir que el ateo común es uno de esos fanáticos sería lo mismo que decir que todo musulmán es un terrorista o que todo católico es un pederasta. En mi opinión, si los ateos quieren hacer que los creyentes de la fe ciega abran sus ojos, la forma de hacerlo es a través de la educación, pues esta se encargará con el tiempo de hacer que ellos mismos (o sus descendientes) abran sus ojos eventualmente, sin entrar en conflictos ni faltarle el respeto a nadie. Y ojo, que soy el primero en admitir que una vez en mi vida yo entraba en discusión intensa con todo fanático (y a veces, no-fanático) religioso con el cual me encontraba, usualmente entrando en reñidos intercambios, pero eso es algo que con el tiempo he dejado atrás para mejor tomar conversaciones más constructivas del tipo que hagan pensar (como espero este artículo lo sea). Es resumen, la forma en que veo todo esto es que al final del día todos habitamos un pequeño espacio en esta pequeña esfera azul, por lo que es mejor dedicar energías a educar y aprender y convivir juntos, que a insultar o querer entrar a la fuerza ideas en la mente de los demás. Y como dice una de mis frases favoritas de todos los tiempos: "Quizás no esté de acuerdo con lo que digas, pero defenderé a toda costa tu derecho de decirlo"... autor: josé elías |
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"Waoooo eliax, me encanta la forma tan simple y sencilla como explicas estos temas tan complejos... por eso soy fanatico tuyo, saludos desde santo domingo, Rep. Dominicana."
en camino a la singularidad...
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Comentando de primero :P Ahora me voy a sentar a leer este artículo, se ve que está bien interesante.