domingo, marzo 17, 2013
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Esta es la segunda parte de un artículo que inició ayer. Recomiendo leer ese artículo antes de proceder con este...
Ayer les hablé de por qué me gustó la elección del nuevo Papa Francisco I, y hoy (con la esperanza de que esto le llegue a él de alguna manera) quiero escribir una serie de recomendaciones sobre lo que creo debe ser el rol y el futuro de la Iglesia en nuestras vidas, al largo plazo. No me hago la más mínima ilusión de que la iglesia ejecutará estas ideas al corto plazo, pero tampoco me cabe duda de que si esta no se transforma con ideas similares a las que propongo a continuación, al largo plazo su destino será el de desaparecer de la faz de la Tierra. Así que si más que decir, iniciemos con una lista eliaxística de recomendaciones para la Iglesia (que en realidad son recomendaciones para cualquier religión o secta del planeta)... 1. Hablarle a la gente en un idioma y con un lenguaje que pueda entender En serio. Todavía me sorprende que la Iglesia quiera continuar hablando en Latín, cuando hace literalmente siglos que ese idioma pasó a la obsolescencia. ¿Que tal si adoptamos el inglés como idioma universal, más el idioma local de cada país en donde opere la iglesia? 2. Modernizar las misas En una Era de TV, Radio, Internet, celulares, redes sociales, conciertos, discotecas y otras formas de interacción, el asistir a una Iglesia para soportar una hora de aburrimiento, en butacas por lo general incómodas, es algo que debe mejorarse. Ojo, estoy consciente que uno no va a una Iglesia a fiestar, pero en un mundo en donde tantas otras cosas compiten por captar la atención de los jóvenes, lo menos que puede hacer la Iglesia es modernizarse y adoptar la tecnología como medio de hacer las misas un tanto más atractivas para la nueva generación de jóvenes... 3. Aclaren el tema de las franquicias Estoy seguro que muchos entenderían que la Iglesia debe operar como todo negocio, pues tiene gastos que atender, pero por favor, no escondamos el hecho de que toda iglesia local debe en esencia "pagar por su franquicia" a la Santa Sede (de forma exacta a como los restaurantes de comida rápida pagan derechos por estar asociados a una marca en específico). En vez de mantener este "secreto", ¿que tal si sencillamente reconocen que ese es el hecho, y punto? Nadie se alarmará, y al contrario, muchos (como yo) pensaremos que hicieron lo correcto, y entenderemos que como todo negocio, el dinero debe fluir en ciertas direcciones para poder hacer algo con él. 4. Abran sus finanzas Sin embargo, algo que creo más profundo que se debe hacer es que el Vaticano, siendo una Iglesia del pueblo y para el pueblo, abra sus finanzas al escrutinio de terceros independientes, de modo que se pueda saber exactamente en qué están utilizando e invirtiendo cada céntimo de centavo que entra al Vaticano. 5. Abran sus archivos históricos Otro gran "secreto" que todos saben es que el Vaticano es hogar a uno de los archivos históricos más importante sobre la historia de toda nuestra humanidad. Esos archivos le pertenecen a toda mujer, hombre y niño de este planeta, y no a unos cuantos privilegiados de forma secreta. Incluso, me encuentro bastante irónico e hipócrita, que una Iglesia que supuestamente aboga por la igualdad y los derechos humanos, y la libertad de expresión y lo que es justo para todos, mantenga esos archivos tan celosamente guardados... 6. Derechos de la mujer Y hablando de derechos y de hipocrecía, ¿qué tal si le otorgamos a toda mujer en la Iglesia los exactos mismos derechos que los hombres? Y me refiero en todos los sentidos. Ya es hora de tener una mujer papa... 7. Igualdad y respeto para todos Algo que me encuentro irónico e hipócrita, es que en los templos se profesa que "todos somos hijos de Dios, e iguales antes su ojos", excepto si eres mujer (ver punto anterior), gay, ateo, o perteneces a otra religión. Pero aparte de esos grupos, todos somos iguales... Estoy seguro sin embargo que muchos me comentarán que una cosa es decir que seamos todos iguales, pero otra es "el alterar el orden natural de las cosas", pero al final del día las acciones hablan más que cualquier excusa que se puedan inventar: La realidad es que esos grupos son todos marginados, criticados, y vistos con malos ojos (cosa que yo mismo he visto, incluso entre los más devotos fieles cercanos a mi propia familia). 8. Aceptar críticas constructivamente Se hace muy difícil hablar de estos temas con algunas personas religiosas, pues en vez de tomar estas cosas como sugerencias o criticismo constructivo, se lo toman a pecho, como un insulto, o como literalmente un ataque personal. Y eso está muy mal. El primer paso para uno mejorarse a uno mismo, es aceptar criticismo, por mal y feo que nos caiga, y este mismo artículo es un ejemplo de ello. Estoy seguro que muchos tomarán todos estos puntos como un "ataque a la Iglesia", en vez de tomarlo como sugerencias sinceras de mi parte para mejorar nuestra existencia. Y suerte que vivimos en estos tiempos, porque de yo haber publicado estas mismas palabras hace apenas 500 años atrás, es bastante posible que mi castigo hubiese sido la pena de muerte (por lo que de alguna forma esperanzadora podemos al menos decir que parece que hemos avanzado algo en esos 500 años). 9. Dejar cerrado el debate del Creacionismo Por años, el mismo Vaticano ha dejado saber que no cree en el Creacionismo, y que apoya la Evolución (para el desmayo de muchos fanáticos), pero nunca han hecho una verdadera labor de enviar ese mensaje a todas las iglesias del mundo de forma oficial (en donde una vasta parte de los creyentes aun cree que surgimos de forma espontánea y no por procesos evolutivos paulatinos). Así que mi sugerencia es que sencillamente pongan una postura fuerte, dejen en claro que el Creacionismo no solo no tiene sentido, sino que es incluso un retroceso en tratar de enseñarle eso a nuestros hijos. De hacer eso, la Iglesia ganaría mucho respeto en círculos científicos. 10. Explicar el tema del Big Bang en las iglesias Así como la Iglesia acepta la Evolución, así mismo acepta la teoría del Big Bang, en donde se ha comprobado con decenas de miles de todo tipo de mediciones que nuestro Universo surgió de un punto en el espacio-tiempo hace unos 13,700 millones de años (y he aquí una explicación sencilla de cómo sabemos que realmente ocurrió). La postura actual de la Iglesia es que el Big Bang ocurrió, pero que fue Dios quien originó el Big Bang. No se cuántos científicos estarían de acuerdo con que un Creador fue el origen del Big Bang, pero al menos el hecho de que la Iglesia ya acepta como hecho el Big Bang es un gran paso. Sin embargo, la pregunta es, ¿cuándo fue la última vez que en una iglesia les hablaron del Big Bang? ¿O cuándo fue la última vez que un sacerdote les confirmó que el Vaticano afirma la existencia del Big Bang? Exacto. Nunca. Y ese es el tema: La Iglesia acepta muchas de estos temas científicos, pero no hace absolutamente nada para esparcir ese conocimiento a los fieles, optando mejor por dejarlos que sigan creyendo mitos que hoy día sabemos con mucha certeza que no son ciertos... 11. Flexibilizar y ponderar el tema del Infierno (y el Paraíso) Ponderen este escenario: Una persona que toda su vida robó, mató, violó a mujeres y niños, usurpó, descuartizó, desmembró, e hizo incontables actos de genocidio, puede ir perfectamente bien al Paraíso, si en su último respiro de vida se arrepiente de sus pecados... Pero una persona que toda su vida trató de hacer el bien, de ayudar al prójimo, de ayudar a la sociedad, de educar a las personas y de hacer el mundo un lugar mejor para todos, irá al infierno porque nunca aceptó a Cristo y era un ateo. No se ustedes, pero algo no está bien con ese panorama... En mi opinión, es mejor dejarle saber a las personas, que el Infierno y el Paraíso están aquí mismo sobre la Tierra, y es la forma en que cada uno de nosotros decide llevar nuestras vidas lo que hace que nuestra existencia sea un infierno o un paraíso (como expliqué en un artículo previo acá mismo en eliax). 12. Incitar a hacer el bien por convicción, no por miedo Relacionado al punto anterior: La filosofía de la Iglesia (y de prácticamente toda otra religión) es que uno debe portarse bien porque de lo contrario termina en el infierno (al menos que, te arrepientas en tu último suspiro, claro está). Sin embargo, eso para mi desde el punto de vista psicológico, no es la mejor forma de persuadir a las personas... A las personas debe enseñárseles a hacer el bien no por miedo, sino por entendimiento de que al hacer el mundo mejor para los demás, lo hacen también para ellos mismos. Es decir, enseñarles a hacer el bien por convicción, porque uno entiende que es lo mejor para todos, no porque de no hacerlo terminaré ardiendo en un supuesto infierno por toda una eternidad. 13. Dejar de promover el sufrimiento y sacrificio como algo bueno Otro de los dogmas de la Iglesia relacionado al punto anterior es promover entre los fieles que el sufrir y sacrificarse es algo bueno. "Si sufres, Dios verá tu sufrimiento y te recompensará en el más allá". "Si te sacrificas por los demás, en el más allá tendrás un lugar privilegiado al lado de Dios." Con razón existen los mártires... En un mundo en donde todos nos sacrificamos por los demás, ¿quién quedará para disfrutar del mundo? En mi humilde opinión, en quienes primero debemos de pensar es en nosotros mismos, pues si hacemos el mundo mejor para nosotros por extensión lo haremos para los demás. Además, existe un factor psicológico que indica que cuando uno hace algo para uno mismo, lo hace con más ganas que si te lo piden que lo hagas para los demás, y eso conlleva a que seas más productivo y que te sientas más feliz, y por tanto si todos siguieran esa filosofía, viviríamos en una sociedad en donde todos viviésemos vidas más plenas, y en donde la sociedad en el gran orden de las cosas fuera más productiva y feliz para todos. Ojo, no estoy hablando de no ayudar a los demás, ni de ser un puro egoísta. Estoy sencillamente diciendo que a quienes debemos primero amar y ayudar es a nosotros mismos, y después eso nos permitirá de forma más efectiva amar y ayudar a los demás... 14. Detener el tema de la abstinencia sexual He aquí un dato interesante que muchos desconocen: ¿Saben de dónde originó el tema de instituir la abstinencia sexual entre sacerdotes? Pues eso viene de hace siglos atrás en donde si un sacerdote moría mientras trabaja en tierras que les eran asignadas por la Iglesia, al este morir sus descendientes eran los que heredaban la Tierra, y no la Iglesia. ¿La solución al problema? Instituir la abstinencia sexual, para que estos no pudiesen casarse legalmente, y por tanto al morir sus tierras eran una vez más reasignadas a la Iglesia y a un nuevo sacerdote. Sin embargo, no solo sabemos hoy con poco margen de duda que eso conlleva a fuertes represiones sexuales que llevan al abuso sexual (particularmente, el abuso infantil), sino además que hoy día ese problema de perder tierras sencillamente no existe. Es hora de abolir esa tremenda barbarie que va en contra de todo instinto humano... 15. Aclarar las cosas con el tema de los milagros Estoy seguro que al menos unas mil millones de personas en la actualidad estarán en desacuerdo con lo que voy a decir, pero los milagros sencillamente no existen. En serio. No existen y nunca se han comprobado, ni nadie los ha podido comprobar. Muchos dirán que conocen a personas que fueron diagnosticados de alguna enfermedad y que fueron a un doctor que los diagnosticó de muerte, pero que al cabo de unos meses de rezar y pedir un milagro, terminaron sanitos y coleando. Pues sepan que una de tres cosas sucedieron aquí: (1) Se toparon con un engaño de algún estafador, o (2) se toparon con un caso totalmente normal en donde un médico hizo un mal diagnóstico y la persona no estaba tan mal como se creía, o (3) se dan muchos casos médicos en donde el sistema inmunológico de las personas reacciona de forma excepcional y la persona queda sana. Así mismo la vasta mayoría de milagros se explican con datos estadísticos (si 100 personas rezan por sacarse la lotería, y hay 100 números para jugar, es bastante posible que uno de ellos la pegue, y después acredite a rezar y a un milagro el hecho de que se sacó la lotería). Incluso, existe ahora mismo un premio de 1 Millón de Euros a quien pueda demostrar un milagro, o que tiene dones supernaturales (este premio se hizo después que nadie se ganó otro premio de 1 Millón de Dólares en años anteriores). Entonces, ¿por qué gastar tanto tiempo y recursos humanos al acto de rezar, en vez de salir de los templos y entrar al mundo laboral real y hacer algo productivo con nuestras vidas? Pues obviamente porque eso reduciría enormemente los ingresos de la Iglesia, pues los fieles tendrían una menor dependencia de asistir a misas, de pedir milagros, y por tanto de dejar la limosna... Pero, con cada día que pasa, y mientras más se educan las personas, más y más personas despiertan de esta ilusión de los milagros, y por tanto creo se hace urgente que la Iglesia explique que rezar debe considerarse más bien como una forma de meditación, y no como una forma de obtener cosas. Para obtener cosas, uno tiene que salir a la calle y buscarlas. No llegarán solo porque recemos... 16. Démosle crédito a quienes se lo merecen Relacionado al punto anterior, una cosa que me apena (y a veces, hasta me molesta) es cuando alguien sale exitosamente de alguna operación médica, y a quienes los familiares le dan las gracias es a Dios. Mientras tanto, el grupo de cirujanos que acaba de pasar 8 horas intensas, sudando y trabajando laboriosamente por salvar la vida del paciente (después de durar unos 15 años estudiando en universidades y escuelas especializadas de medicina), empaca sus cosas y se va a casa, sin el muy merecido agradecimiento que se merecen por su labor. Dejemos de darle tanto crédito a Dios, y de otorgarle un poco más crédito a nuestros hermanos acá en la Tierra. Estoy seguro que cualquier Creador aprobaría de eso que estoy diciendo... 17. Admitir oficialmente que la Biblia y otros libros son fábulas Esto es otra cosa con la cual se no encontraré simpatizantes, pero es la realidad. Libros como la Biblia y otros libros sagrados, fueron escritos por hombres, y no, no fueron escritos por "inspiración divina", pues contienen tantos errores e inconsistencias, que es trivial notar que quienes escribieron tales libros hicieron un trabajo editorial que deja mucho que desear. Es bueno también aclarar que hubo un tiempo en donde cualquiera que se atreviera a cuestionar una sola palabra de estos libros, era castigado fuertemente, incluso pagando con su vida. Pero hoy día muchos religiosos explican que las historias en estos libros en realidad son "parábolas" para explicar mejor a los fieles, y que no fueron escritos para ser tomados de forma literal... Sea como sea, lo cierto es que ya es hora de que hagamos esto oficial: Estos son libros escritos por hombres, y no por dioses, y no podemos regirnos de forma moral de tales libros, principalmente cuando tales libros dejan mucho que desear en esos aspectos (como cuando Dios envía a guerreros a matar pueblos enteros, o incluso a sacrificar a hijos), o a discriminar sobre mujeres. 18. Adoptar la tecnología Esto, creo que ya lo están haciendo, pero no está nada mal que adopten la tecnología y que dejen de tenerle miedo a esta. Es gracias a la tecnología que hoy día estamos permitiendo que los sordos oigan, que los ciegos vean, y que los discapacitados vuelvan a caminar. No gracias a milagros, sino gracias al esfuerzo de cientos de miles de científicos e ingenieros que día a día trabajan incesantemente para hacer de nuestras vidas algo mejor cada día. 19. Poner en práctica "Ayúdate que yo te ayudaré" Estoy seguro que toda persona ha escuchado alguna vez esa frase en algún templo, pero ¿pone la Iglesia esa frase en la práctica? Pues solo parcialmente, y en la mayoría de los casos diría que no. Los problemas sociales como el hambre no se resuelven dándole comida a las personas. Se resuelven ayudando a que las personas tengan los medios para obtener su propia comida. Y eso significa educación. Pero la educación es ampliamente conocida como la herramienta número uno en todo el mundo para acabar con la religión (lean por ejemplo esto y también esto), por lo que la Iglesia tiene un dilema a largo plazo: ¿Si educamos a las personas, las ayudamos más, pero a la misma vez creen menos en nosotros, qué podemos hacer? Y mi respuesta es el próximo punto 20... 20. Redefinir el concepto de una Religión Cuando menos a mi, se me hace bastante obvio que conforme el nivel de educación incrementa en todo el mundo (y está incrementando rápidamente, contrario a la percepción de unos cuantos), que así mismo serán cada vez menos personas las que terminen siendo fieles en templos religiosos. Esa es una realidad que veo tan clara como el agua, pero como dicen, muchas veces uno no quiere ver la realidad, y en vez de eso ver lo que uno quiere o espera o desea ver. Pero si pueden ver más allá del fanatismo o las costumbres que se nos inculcan desde niños en nuestras mentes, y entienden que esa es ciertamente la realidad, entonces quedan solo dos opciones: Opción 1 es seguir con el mismo sueño tradicional y terminar en un momento en donde las religiones serán un nicho compartido por una vasta minoría de habitantes del planeta, o (2) reinventar lo que es una religión. ¿Cómo reinventar el concepto de una religión? Pues un inicio es adoptando los puntos anteriores de este artículo. Y después de eso cambiar el dogma desde algo basado en pura fe, a algo basado en el uso de la razón. Y eso significa reinventar todo desde sus cimientos, incluyendo los conceptos de iglesias y misas. Hablo de cambiar por completo (aunque paulatinamente, no de un solo salto) el motivo de por qué uno va a una iglesia. En vez de ir a pedir milagros y a tratar de uno ganarse un lugar en el paraíso, que uno asista como una forma de compartir con otras personas las buenas y malas experiencias de la vida, de aprender unos de otros, de hablar de moral, ética y cívica, de aprender sobre temas que nos permitan crecer emocional, familiar y profesionalmente, y otros temas afines, y todo de forma constructiva y siempre buscando la verdad, por menos que esta nos guste. En esencia, volver a las raíces de las religiones, en donde nos reuníamos para conversar sobre la vida, y de tratar de ser mejores personas, aunque esta vez con el conocimiento científico que en ese entonces no poseíamos sobre nuestra existencia. Tan sencillo como eso. Todos unidos como uno solo... autor: josé elías |
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