lunes, junio 20, 2011
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Este editorial de hoy es una integración de varios artículos y comentarios que he realizado en eliax en años recientes, pero esta vez enfocados en el tema de dispositivos móviles, los cuales como escribí en el título de este artículo, son el nuevo principal enemigo de Linux en el sector de sistemas operativos para consumidores (noten que no me estoy refiriendo a Linux en servidores o sistemas incrustados de bajo nivel, en donde Linux está haciendo bastante bien - tomen eso en consideración a la hora de comentar).
Antes de iniciar, veamos primero por qué Linux impactó en el espacio de sistemas operativos de consumidores (en donde "impactó" es un término relativo, ya que Linux continúa estancado en el espacio con entre un 1 y un 4% del mercado, según se cuente). Linux de salida ofreció dos componentes bastante atractivos: Era Libre y Gratis, a diferencia de "El Jefe" de ese entonces, Windows, que era Propietario y Comercial. Recordemos que Linux surgió en una era en donde era normal tener una PC de escritorio, y en donde era también normal que uno armara su propia PC a su antojo, incluyendo uno poder instalar su propio sistema operativo. Linux de paso pasó a representar un símbolo de libertad, expresión, y cooperativismo, a una escala como pocas veces se ha visto en el mundo del software (o incluso, fuera del software). Linux fue rápidamente adoptado por hackers, geeks, entusiastas y fans de la tecnología, en particular en círculos académicos, y posteriormente dada su madurez y estabilidad fue descubierto por el mundo empresarial, inicialmente por aquellos que tenían familiaridad con UNIX (las raíces de Linux) y posteriormente por incluso empresas acostumbradas al mundo Microsoft quienes descubrieron que podían obtener unos fuertes ahorros en licencias al adoptar Linux y otras soluciones similares (como la base de datos MySQL, el servidor web Apache y plataformas de aplicaciones como PHP - el famoso "Combo LAMP"). En paralelo a todo eso, empresas como Red Hat, SUSE, Corel y más recientemente Canonical con su distribución de Ubuntu Linux estuvieron tratando de romper el mercado de sistemas operativos de consumidores, en efecto tratando de destronar a Windows. Pero el intento fue fallido (aun muchos se aferren aun a que existen esperanzas). Lo cierto es que Linux nunca pudo afectar las ventas de Windows de forma significativa, y las razones fueron varias desde la infamiliaridad de los usuarios comunes con Linux, hasta el virtual monopolio de Microsoft con los fabricantes. Sin embargo, sea cual sea la razón, es inconsecuente en todo esto, porque al final del día las cifras no mienten y Linux sencillamente continúa estancada año tras año en ese mercado. Pero peor aun para Linux en escritorios, es que un par de sucesos ocurrieron en estos últimos 4 años que cambiarían las fortunas de Linux en este entorno para siempre... Lo primero fue la salida del iPhone, el cual con su revolucionario interfaz y posterior tienda de aplicaciones redefiniría lo que sería la próxima generación de dispositivos móviles, siendo su fórmula tan exitosa que todo nuevo celular inteligente de ahí en adelante imitaría al iPhone, desde Google con Android hasta HP/Palm con su Web OS en el Palm Pre, y más recientemente los intentos tardíos de RIM/Blackberry y Microsoft. Y los que no imitaron al iPhone (Nokia) ya vieron lo que les ha sucedido... El segundo suceso fue la salida del iPad el año pasado, que una vez más redefiniría lo que sería la nueva generación de dispositivos de computación personal, desde ya afectando las ventas de laptops y netbooks, y una vez más agarrando desprevenidos a la industria quien un año después trata desesperadamente de alcanzar a Apple (RIM/Blackberry con su PlayBook, HP/Palm con su TouchPad, Microsoft en el 2012 o 2013 con Windows 8 para tabletas, y Android 3.0 de Google). Pero, ¿y en qué afectó esto a Linux en el mercado de sistemas operativos para consumidores? En una forma crucial: Todas estas nuevas plataformas promueven un sistema relativamente cerrado y de hardware bastante bien controlado. Ojo, no asuman inmediatamente que esto fue una medida premeditad de la industria, sino que fue una necesidad del mercado: Appe dejó demostrado y sin margen de duda que el usuario común lo que desea es un dispositivo sencillo, libre de mantenimiento, en donde las cosas simplemente "funcionen". Apple trajo el concepto de la sencillez de utilizar un televisor o un radio al mundo de la PC, y los consumidores respondieron muy favorablemente a la propuesta, y obviamente el resto del mercado tomó nota y decidió responder un poco más rápido que como lo hizo ante el fenómeno iPhone. Esto de paso dejó a Linux en una posición incómoda, puesto que mientras distribuciones como Ubuntu Linux aun tratan de competir contra Windows, el mercado ya se está moviendo a una era post-PC (como vaticiné el mismo día que se reveló el iPad por primera vez). En otras palabras, en un mundo de mamíferos más pequeños y ágiles, Linux continúa librando una batalla contra los dinosaurios destinados a la extinción... Y la situación es muchísimo más difícil para Linux que lo que muchos estarían dispuestos a aceptar. A diferencia del mundo de la PC genérica de años atrás, todas las nuevas plataformas móviles dominantes (con Android y iOS liderando) no permiten modificar el sistema operativo local y muchos menos reemplazarlo. Peor aun para Linux, se ha hecho evidente que el futuro de distribución de software es a través de tiendas de aplicaciones integradas y de fácil uso, que integren funcionalidades de pago y actualizaciones automáticas de aplicaciones, y desde un lugar centralizado y seguro. Pero este modelo comercial también va en contra de muchos en la comunidad de Linux que creen que todo debe ser abierto, libre, y en muchos casos incluso gratis. Si una lección aprendió Google de su tienda de aplicaciones para Android es que aunque palabras como "libre" y "gratis" suenan bien en presentaciones y material de mercadeo, que la realidad es otra. La tienda de Android vive tan plagada de aplicaciones malignas (roban claves, molestan, envían SPAM, etc), que Google se ha visto en la necesidad de controlar la tienda de forma bastante similar a como lo hace Apple para subir su calidad. Así que como he escrito en otros editoriales previos en eliax, si Linux quiere proliferar en este nuevo mundo tendrá que dejar atrás el fanatismo de muchos de sus contribuidores y empezar a adoptar una mentalidad más abierta al mundo comercial, empezando por ponerse los principales apoyadores de Linux de acuerdo en un modelo de tienda de aplicaciones, así como en una versión verdaderamente unificada y estandarizada de Linux para entornos móviles. Si embargo, dado el historial de Linux, expreso desde ahora que dudo que los principales actores en el mundo Linux se pongan de acuerdo, lo que lamentablemente solo contribuirá a que Linux se quede aun más atrás en esta nueva generación de plataformas personales... Ahora, y antes de que alguien lo mencione en los comentarios, aunque ciertamente la plataforma Android utiliza el Linux Kernel, lo cierto es que lo utiliza solo como apoyo, pues la verdadera plataforma Android es en realidad compuesta por las librerías de APIs en Java, lo que significa que si a Google le diera la gana en un futuro, pudiera reemplazar todo el subsistema de Linux y reemplazarlo por algo diferente y aun así la vasta mayoría de aplicaciones Android continuarían funcionando como siempre lo han hecho. Finalmente quiero mencionar para los que generalmente comentan a estos editoriales que escribo sobre Linux de vez en cuando, que a mi personalmente me apena esta situación de Linux, y quisiera que fuera diferente, pero lo que escribo aquí es sencillamente la realidad que veo. No tomen este editorial como un ataque personal hacia ustedes, y abran los ojos con objetividad y entiendan el problema, pues solo así se podría busca una solución... Nota: Apenas escribía este artículo me topé con la noticia de que Adobe dejará de soportar Adobe AIR para Linux, citando como razón el hecho de que prefiere concentrar sus esfuerzos en el mercado móvil (citan a iOS y Android explícitamente) que ha experimentado un fuerte crecimiento mientras que el mercado de Linux en escritorio permanece estancado con alrededor de un 1% del mercado. fuente autor: josé elías |
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"Cualquiera sea el caso, estoy convencido que el idioma del futuro no será ni el Inglés, ni el Español, ni el Chino ni el Esperanto, sino que una situación multilingüe con precisos traductores basados en software."
en camino a la singularidad...
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First, sorry me salio innato, pero muy reportaje